Al
día siguiente me levante temprano, y de mejor humor. Como de costumbre me lave la cara, los dientes, me peine, etc. Al bajar a la cocina para tomarme mi matutino
café con unas galletas, me
encontré con que mis padres y los padres de Sonia ya estaban despiertos. Le di un beso a cada uno de ellos, y mi padre
comenzó a contarme que
tenían un plan para hoy.
-
Sofie, ¿que te parece la idea de ir a montar en motos de agua, en piraguas, veleros, etc?
- Papa, claro que me parece estupendo!.
- Genial, entonces ve y despierta a todos y
diles que bajen para que les comentemos el plan, es que hay una rebaja del 10% para los grupos de mas de 10 personas.
- Pero papa... Aun no he desayunado...
- Gandula esta! ¿Pero tu has visto la hora que es? Son las 10:30 de la
mañ
ana, y si queremos disfrutar del
día tenemos que ir ya de ya, ya
comeréis algo por el camino.
Y sin rechistar mas tuve que ir de
habitación en
habitación despertando a los chicos. Cuando llegue al cuarto de
Ale, me
encontré a
Fabiola también ahí, y me limite a decirles que bajaran cuanto antes para ir a un sitio
super guay. La verdad es que cuando lo dije, lo dije mirando a
Ale, ya que a
Fabiola no la puedo ni ver...
-
Sofie... esto no es lo que parece. - Dijo
Fabiola corriendo
detrás mía.
- ¿Disculpa?
- Que entre
Ale y yo no hay nada... No te pongas
así.
- Me da igual, si no te molesta me
gustaría irme ya a mi
habitación para recoger mis cosas.
Y me marche de
ahi pensando en lo
patetica que era
Fabiola intentando excusarse por algo que ambas
sabíamos que era
completamente cierto. A pesar de haber hablado ayer con
Mark, creo que lo mejor sera que abandone la idea de recuperar a
Ale, y dejar de pensar ya en
tonterías. A las 11:15 y a toda prisa todos
estábamos ya en la salida de la casa,
tendríamos que ir un poco apresurados a la parada de
autobús para llegar al sitio en el que
había todas esas actividades.
- ¿
Sofie me puedo sentar contigo? - Me dijo
Tom.
- Claro que si
Tom. - Le dije yo.
-
Sofie tengo miedo de que
Fabiola este realmente enamorada de
Ale.
- En serio?
- Si, me he dado cuenta de que estoy
super pillado por ella.
- Pues amigo hay que tener paciencia...
- Supongo, bueno cambiemos de tema. Hace tiempo que no hablamos
así, ¿te acuerdas de la
excursión esa del colegio en la que nos sentamos juntos en el
autobus y yo no paraba de meterme contigo
pidiéndote besos en las mejillas y tu no
querías?
- ¿No
seguiras intentando besar mis sedosas mejillas, no?
- Puede que si, puede que no. - Y empezamos a
reirnos como locos, todos en la pandilla estaban encantados.
Cuando llegamos al sitio al que nos
dirigíamos, un monitor nos dijo que nos
teníamos que separar en grupos. Decidimos que
repartiríamos en dos grupos de seis personas y uno de 5, ya que eramos en total 17 personas. Como no nos
decidíamos a
repartirnos, elegimos echarlo a suertes. Cogimos 18
papelitos, y en ellos coloreamos
sucesiva mente tres colores distintos: El rojo, el azul y el amarillo.
A mi me toco el color amarillo, y me
encontré con que en mi grupo estaban el padre de Sonia, Sonia,
Mark,
Sandra y
Tom. En el equipo azul estaban mi madre, la madre de Sonia,
Ale,
Fabiola,
Carol y
Brad. Y por ultimo en el equipo rojo estaban mi padre,
Hayden, Marta, Fernando y Julio.
En mi equipo decidimos ir primero a hacer
piraguismo, y en cada canoa
había sitio para dos ocupantes,
Tom me pregunto si
quería hacer pareja con el, y yo
accedí.
-
Tom, no se si te
habrás dado cuenta, pero da la
sensación de que les queremos dar celos.
- Si, me he dado cuenta. Pero bueno, ¿cada uno es libre de pensar lo que quiera, no?. Yo me lo estoy pasando de miedo contigo, si tu no te lo estas pasando bien,
entenderé que no te quieras quedar conmigo.
- Para nada tonto, me lo estoy pasando
super bien. Anda vamos a remar al mismo tiempo que o sino, no llegamos a
ningún lugar, y mira por donde van los
demás.
- Tienes
razón. Uno, dos, uno, dos...
Después de estar un
montón de tiempo remando, decidimos que
estábamos ya demasiado cansados como para seguir remando. Volvimos a la orilla y yo saque una toalla de la mochila que me
había llevado conmigo, y la
extendí en la arena para poder tumbarme.
- No es por nada, ¿pero te importa si me siento en tu toalla? Es que yo no he
traído...
- Claro que no, anda
sientate. - Y le hice un hueco a
Tom para que se sentara. Los
demás tardaron un poco en llegar a la orilla, y mientras tanto
Tom y yo nos dedicamos a tomar el sol.