Pocas velas que iluminaban la habitación

- Definitivamente una buena ducha después de un día tan atareado como el de hoy, es bastante recompensante. - Dije yo al terminar de ducharme, poniéndome el pijama.

- La verdad es que sí. ¿Sonia a que vino eso de tu padre ?- Dijo Marta sentándose en mi cama.

- Ni idea... pero seguro que nos llevaran a algún sitio. Por eso dijo lo de vendarnos los ojos antes de medianoche..

A continuación tocaron a la puerta, era el padre de Sonia que nos decía que nos vendáramos los ojos para que pudiera entrar y conducirnos a donde el quería. Me vendé los ojos y a continuación note como el padre de Sonia me cogía de los hombros y me decía que me levantara.

- ¿ Se puede saber adonde me conduce señor ?

- Sofie habla con mas naturalidad, que te conozco desde que eras una chiquitina, llámame 'Tito guay'.

- Vale, vale ' Tito guay'. ¿ Adonde me llevas ?.

- Ya veras.

Sentí como me ayudaba a sentarme en un sofá. Escuché murmullos, suponía que era de mis amigos, pero antes de decir nada, alguien me tapó la boca y me dijo que no hablara. Todo estaba en calma, no se oía nada. Definitivamente nada de nada, me molesté, a que clase de juego estaban jugando nuestros padres, no lo podía entender. Alguien me quito la venda, no podía ver quien era porque las luces estaban apagadas. Me levanté de un tirón, a continuación encendieron las luces, y me encontré sentada en la silla del comedor, mis amigos estaban sentados también en distintas partes de la casa. Pude ver a Ale cerca mia, me preguntó que, que pasaba, le dije que no tenía ni idea. En realidad estaba aún mas aturdida porque me hablara...

- Sofie, mi viejo es un rollo. - Dijo Sonia.

- Sonia te he escuchado, anda acercaros chicos al salón, ya. - Dijo su padre.

Nos acercamos todos al salón, había pocas velas que iluminaban la habitación.